¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra (Salmos 73:25).

Las personas hoy en día ya no buscan tanto a Dios. Se ha perdido el creer en Aquel que nos creó, aquel que nos ama con amor eterno. Antes las personas no estaban tan distraídas con tantas cosas, guardaban los principios mucho más que ahora, pero con el pasar de los años es notable una degradación moral en la sociedad y eso es porque no tienen un límite, viven como ellos creen que deben vivir, y por eso cuando les pasa alguna situación difícil no tienen cómo solucionarlo, porque no tienen la dirección de Dios.

Pero hay un lugar que le corresponde al Dios del cielo; y nada debe ocupar ese lugar. Hoy en día las personas están muy distraídas con el celular, definitivamente ese es un factor de distracción cuando no se sabe usar correctamente en la vida diaria.

Y eso suma a no querer buscar de Dios, porque tienen la mirada en otro lado, en sus corazones hay otras cosas, buscan lo terrenal cuando lo espiritual es lo eterno.

Pero cuando se mira a Cristo vamos a aprender a deleitarnos en las cosas espirituales porque el Espíritu Santo va a romper toda atadura espiritual, todo lo que detiene la obra del poder de Dios en nuestras vidas para ser libres de toda opresión diabólica.

La biblia dice en hebreos 4:16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.

Dios nos dice que nos acerquemos a Él, pues en el ambiente espiritual aprendemos a amar al Señor. Por eso es muy importante que las personas se acerquen a Aquel que es capaz de dar vida y extender su misericordia a todo aquel que lo busca con todo su corazón.