• 15 de Julio, 2019

ANDAD COMO HIJOS DE DIOS

El amor de Dios debe reinar en nuestros corazones, como símbolo de ser verdaderos hijos de Dios. Asimismo, buscar cada día más el rostro de Dios y consagrarnos a Él porque estamos esperando la llegada de nuestro Salvador Jesucristo.

Cuando hagamos algo hay que hacerlo con compasión, con contentamiento, con gozo en el corazón. Nuestro Dios ve el corazón del hombre. Si tú eres sincero, Él te premiará. Por el contrario, Dios no se agrada cuando aparentamos o decimos algo solo de labios.

Hay que regocijarnos en el Dios de nuestra salvación, la palabra del cielo nos dice en Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Hay que buscar a Dios por encima de todo, siempre darle un tiempo a Él, para nuestra consagración a Aquel que todo lo puede, nuestro Creador y Dueño de nuestra vida.

De nada sirve afanarnos por las cosas que perecen, así como nada hemos traído a este mundo, nada podremos llevar. Si las personas quieren seguir viviendo en el pecado, lejos de Dios, hay una verdad en la biblia sobre su futuro. Esas personas irán a la condenación eterna, porque nada impuro puede entrar en la presencia de Dios, quien es tres veces santo.

Tenemos que confiar en esta Palabra que no es invento de ninguna religión, sino que es la revelación de Dios para salvación de toda criatura que habita en la tierra. Si bien es cierto, debemos ser trabajadores y buenos ciudadanos, pero tenemos que reconocer que las cosas espirituales siempre tienen que tener el primer lugar en cada creyente.

Al nacer de nuevo, al ser regenerados por Cristo, nuestra alma se alimenta con la oración, y cada día creceremos si somos constantes. Dice en Juan 14:2-3 “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.

Esperamos confiadamente que Él día del Señor vendrá. Cristo viene para llevar a su iglesia sin mancha ni arruga, a aquellos que obedecieron sus mandamientos. En ese día glorioso volaremos y llegaremos hasta el tercer cielo donde mora nuestro Señor Todopoderoso. Estaremos revestidos por ropas blancas, resplandecientes; porque Dios recompensa a sus verdaderos hijos.

Es momento de arrepentirse, si usted no sabía de esta revelación, de esta realidad, hoy es el día de salvación, pídale perdón por sus pecados y decida seguir a Cristo; decida ser un hijo de Dios y… ¡búsquelo con todo su corazón!

 

 

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