• 16 de Agosto, 2019

PERMANECE EN LA VERDAD DEL EVANGELIO

Un día toda lengua tendrá que confesar que Jesucristo es el Señor. Retengamos nuestra fe en estos tiempos peligrosos.

“Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. Porque, aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante, en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo” (Colosenses 2, 2-5).

“Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad” (Colosenses 2, 6-10).

Nuestra fe debe estar firme en lo que dice las Sagradas Escrituras porque la palabra de Dios es la lámpara que guía nuestro camino. Siempre ha habido enemigos del evangelio, a quienes el diablo los motiva a oponerse a las obras buenas. Estamos en una lucha entre el bien y el mal. Nosotros hemos sido alumbrados por la palabra del Creador y sabemos que el evangelio es poder de Dios y que tenemos la autoridad en el nombre de Jesús para reprender y desbaratar toda obra de las tinieblas.

Solo Cristo da vida a los muertos, Él liberta, sana y salva. Al ser creyentes, nuestro deber es defender la palabra de Dios de todo ataque ideológico y filosófico que se levante en contra, así como Pablo fue fiel a Cristo hasta el final. Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, por tanto, hay que seguirle sin dudar ni mirar atrás.

Todo lo que hay en este mundo se acaba, por eso se debe poner la mirada en las cosas de arriba. Después de la muerte hay un juicio. El creer en Cristo nos brinda salvación de la condenación, de las cadenas espirituales que hay en el pecado y de la muerte eterna. Un día, todos los que viven conforme a Su palabra vivirán eternamente con Él y tendrán vida eterna.

Sigamos llevando la vida de Cristo y vivamos según Su palabra, que es la única que traerá más almas a Sus pies.

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