Conéctate con el Dios que todo lo sabe y que se goza cuando lo busca un corazón sincero y sediento por Su presencia. Acerquémonos a Él con rectitud.
Como cristianos hay que tener cuidado de cómo nos conducimos, gracias a Dios conocemos la enseñanza de la biblia y vamos alumbrados en cada acción, sabemos lo que le agrada al Dios Todopoderoso. Pero estas normas deben estar presentes en todo momento y, así mismo, cuando vamos a la casa de Dios, debemos entender que asistir no se debe tornar en un acto de mera costumbre.
No seamos religiosos, seamos cristianos genuinos. Lleguemos a rendir un culto en sacrificio vivo, santo y agradable. La manera correcta de presentarse ante Su presencia es sabiendo y entendiendo que la iglesia es un lugar santo. Si tienes orgullo, amargura, odio, deja que Dios te liberte, cree verdaderamente que Él habita en el templo y no tengas actitudes malas o palabras ligeras.
Y sabemos que donde hay dos o tres personas congregadas en su nombre ahí está Él en medio de ellos. El Dios de paz siempre estará presente con las personas que tienen hambre y sed de justicia y verdad. Esta palabra tengámosla siempre presente.
Nuestra alma se regocija en alabarle, en glorificar Su santo nombre. Así mismo, los cultos están llenos de sabiduría y de una visión clara. El que viene a adorar a Dios se debe conectar con la oración, y con la alabanza, sin permitir distracciones, porque como dice en la Escritura: “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto” (Salmo 25:14).
Si cumplimos con esta palabra del Señor, podremos entender lo espiritual que Dios nos quiera revelar, estaremos alertas en toda la dirección que Él tiene que hacer en nuestras vidas. En lo que nos falta mejorar, entenderemos en qué estamos fallando y podremos corregirlo en el tiempo justo antes de que pase a mayores. Puesto que el Señor siempre llega y avisa en el momento indicado, por eso somos muy afortunados de tener el buen consejo del Padre eterno.